Señoras y señores: Grajo lo han vuelto a hacer. A traves de los sellos DHU, Underground Legends y Spinda Records, editaron el flipante “Slowgod II” allá por Enero de este mismo año. Segundo disco. Prueba de fuego. Ya se sabe. Aunque tu debut sea bueno, demuestras tu maestría con el segundo. Parece que este grupo evoluciona, dando forma a un monstruo enorme, que crece ajeno al mundo exterior.
Esta vez vienen con sonoridades nuevas, aunque siguen fieles al Doom/Stoner oscuro que llevan tocando desde el comienzo de su andadura. Su debut “Grajo” y los splits lanzados junto a Atavismo y Orthodox, les abrieron las puertas del underground mundial e hicieron que las miradas se volvieran hacia Andalucía una vez más. El sur, esta lleno de bandazas, tiene sus propias leyes y ecosistemas y esta aportando buena mierda desde hace ya bastante tiempo: Orthodox, Monkey Priest, Atavismo, Pylar, etc, etc.
Entrando en terrenos más psicodélicos y Space Rock, “Slowgod II” arranca poderoso y místico, apoyado en la base rítmica brutal que aportan Felix y Pistolo (batería y bajo respectivamente). Con estos dos tipos cuidao: the floor is lava. El bajo suena denso y cabrón y la batería resuena y explota, bien grabada e interpretada, empujando desde el fondo de la grabación.
En cuanto al guitarrista, Josef, en este álbum esta sembrao. Cada vez aporta un más al catalogo de registros y tesituras que nos viene regalando. Reconvertido en una especie de Duane Denison lisérgico en algunos cortes (por ejemplo en “Horror and Pleasure»), dispara más acoples, mas crunchs, más punteos y distorsiones bestiales, que sirven de banda sonora para que la vocalista Liz, se luzca al máximo.
Sobre Liz, hay muchas cosas que decir. Recuerdo leer el nombre de Natalie Imbruglia, mencionada entre algunas de sus influencias, en una entrevista de hace un par de años; antes siquiera de haber escuchado a Grajo y pensar: “WTF?”. Pero estaba muy equivocado. Y la sorpresa al escuchar la banda fue mayúscula. La mezcla de una cantante de evidente base Pop con unos músicos fanáticos del Stoner, el Doom o el Sludge ha demostrado ser un gran acierto.
Esta mujer se lanza a por las canciones, las monta y las catapulta hacia la estratosfera, con elegancia, buen gusto, una voz que emerge desde la oscuridad y que recita versos extraños con honestidad y desparpajo. Ademas puede hacer esa cosa con la voz, rollo Dolores O’Riordan (RIP). La cantante se aleja de otras bandas doomers con vocalista al frente que tanto proliferan últimamente. A mi Grajo no me suenan a Lucifer, ni a Purson, ni a Royal Thunder, ni a Windhand… Además el feeling que desprende Liz me parece más autentico.
Excepcionalmente producido (y grabado en cuatro días) por Raúl Perez desde los Estudios La Mina, “Slowgod II” merecería estar en lo más alto de las listas internacionales. Posee grandes canciones, un sonido demoledor y carisma de sobra para ello.
Dadas las características de su sonido, Grajo, tienen muchísimo camino por delante. Tipos listos, desde el principio, han colocado unas barreras estilísticas, que se saltan, quitan y ponen donde les viene en gana. Sirva como ejemplo el comienzo de “Horror and Pleasure” que tiene un arreglo de guitarras (me recuerdan a Tomahawk) que funciona a la perfección junto al riffeo Stoner espacial del resto del tema. Y el uso del Theremin y los sintetizadores, aporta matices sonoros que van perfectos para las canciones. Con poco que añadan a su base doomera, sus canciones alcanzan nuevos rincones sonoros. No parece haber limite.
Evocador y onírico, “Slowgod II” avanza a través de mis auriculares llevándome de viaje hasta el jodido espacio sideral. “Altares” empieza retomando el primer disco con graves pesados y autoridad. Dejando clara la rubrica musical. Y apuntalando el estilo de la banda. Una estrofa basada en guitarras etéreas y un estribillo que explota como la erupción del jodido Krakatoa. Además hay guitarras muy melódicas, que me recuerdan mucho (en el tono) al primer álbum de A Perfect Circle, en el que está invitado Troy Van Leeuwen, que ejecuta los solos en un par de temas.
“Queen Cobra” comienza con esas guitarras Tomahawkianas de nuevo, con mucho más ritmo y con unos Grajo explorando una vena más rock, que hacen suya rápidamente. Sin esfuerzo aparente. Los tempos rápidos, les van bien.
En “Malmuerta”, Josef, fusiona sonoridades árabes y flamencas, con el Stoner. Suenan hasta palmas. Para los que no hayáis escuchado a la banda, se que a priori, esto tendrá una pinta nefasta. De nuevo no. Prejuicios. La fusión funciona y muy bien. A veces, las guitarras recuerdan a Adam Jones de Tool, epoca «Aenima». “Malmuerta” tiene un arreglo espectacular y toda la banda, junto al productor, se luce especialmente.
En “Er”, es Liz la que taladra mi cráneo con unas voces que atraviesan la mezcla sin esfuerzo. Las texturas de guitarra son de nuevo excepcionales y la base rítmica funciona a la perfección, aportando fondo y cimientos ultra profundos.
Otra de las cosas buenas de Grajo, es que siempre sorprenden. Te mantienen interesado, si eres capaz de sumergirte en su música. No son predecibles y gustan de la experimentación, pero sin alejarse demasiado de su camino y sin aspavientos. Grajo dan pasos lentos y seguros. Cuando llego a “Maslstrøm”, la pieza instrumental que cierra el disco, ya estoy flotando, girando sobre mí mismo, visionando planetas extraños, transformando los sonidos del Theremin y de las guitarras en destellos luminosos en mi mente. Solo pondré un pero aquí. La escasa duración del álbum.
Ya estás tardando en escucharlo. Muy recomendable.
https://www.youtube.com/watch?v=7bFfyVf9EPI