Joder con Aborted. Vaya discazo que acaban de grabar. «Terrorvision», editado por Century Media, posiciona al grupo definitivamente en lo más alto de la escena. Esta peña lleva desde 1995 dando tralla sin descanso y su metamorfosis ha sido larga y dolorosa, pero parece que se ha completado al fin. Y me da la impresión de que «Terrorvision» va a arrasar completamente. Sobre todo por que es algo más «asequible» (todo lo que un álbum de Aborted puede ser) que su anterior «Retrogore» (2016).
Sven De Caluwe (muy muy enchufado en este álbum) se ha encargado de las voces desde la fundación de la banda. Ha visto desfilar a casi 25 miembros diferentes hasta llegar a la alineación actual. Ahora mismo, Aborted lo componen (además del bueno de Sven): Mendel bij de Leij a las guitarras (cuidao con este tipo), Ian Jekelis también a las guitarras, Ken Bedene, el batería, que se perfila con miembro más antiguo tras el vocalista, ingresando en la banda en 2010 y Stefano Franceschini al bajo.
Recuerdo escuchar a Aborted hace tiempo y tener la sensación de estar oyendo algo que siempre permanecería underground. Como… Mortician. Su Grind Core de serie Z era como ver una peli de terror asqueroso. Si alguien escuchara por primera vez a la banda y le diera por empezar con el putrefacto «The Purity of Pervesion» no creo que fuera capaz de reconocerles al escuchar «Terrorvision». Con la entrada de los guitarristas nuevos y ya desde el «The Necrotic Manifesto» (2014) se vislumbraron cambios y nuevos caminos. «Terrorvision» es su décimo disco.
El nuevo álbum empieza con «Lasciate Ogne Speranza», una decadente pieza de piano y avanza hasta el primer tema; «Terrorvision» en una avalancha de metal moderno, con ramalazos técnicos y de ritmo trepidante que te lleva por delante. Como vocalista invitado, tenemos aquí al mega crack de los Septic Flesh, Seth Siro Anton. Llegan entonces «Farewell to the Flesh» y «Vespertine Decay», pura matraca. La hostia, a veces me parece estar escuchando a Cattle Decapitation. La verdad es que la atmósfera insana se mantiene. Pero nos da la impresión de que este sonido tan limpio y pulido (cada vez lo refinan más y más), con más partes lentas, más melodías, y con el grupo buceando en el Death Metal Técnico y el Black/Death Metal épico de los Dimmu o los Behemoth… los despersonaliza un poco.
Aún así, el disco es monstruoso. Te apisona sin piedad mientras las canciones van cayendo: «Vespertine Decay» y «Squalor Opera» (muy pegadiza) son dos piezas que molan especialmente. La primera es intensísima y nos muestra que Sven está especialmente inspirado y fuerte con las voces. Aquí hace toda una demostración. Este tema es más melódico. En cuanto a la segunda es un auténtico despliegue de potencia, riffs, sweep pickings, blast beats, grooves cabrones (Mr Bedene está aquí completamente enloquecido), solos de primera calidad… parece el puto menú de degustación de un restaurante extremo (?).
Después llega «Visceral Despondency» y el ataque se vuelve insoportable. Hay un momento en el que suenan unas sirenas en plan ataque nuclear y mi mente esta siendo ametrallada sin piedad. «Deep Red», suena algo más seca y esta perfectamente colocada ahí. De alguna forma, su enfoque más thrashy me relaja algo en su inicio. De todas maneras, en este tema, el vocalista alcanza unas cotas de intensidad maníacas. Cuando llevo media hora justa escuchando, Sven se vuelve loco y gracias a sus alaridos, se destruyen un par de millones de neuronas en mi maltratado cerebro.
«Exquisite Covinous Drama» con una parte atmosférica en plan épico que esta muy bien conseguida y «Altro Inferno» nos acercan al final del álbum, prácticamente noqueados… Mientras un hilo de sangre fluye a través de mis orejas, Aborted, más afilados que nunca, continúan a lo suyo. Escucho «A Whore d’Oeuvre Macabre», y me quedo catatónico (quizá el mejor del álbum) con un grandísimo trabajo de guitarras y una batería brutal (y de nuevo vocalista invitado, esta vez: Sebastian Grihm de Cytotoxin) que me lleva del muñón hasta «The final Absolution» dónde colabora Julien Truchan de Benighted.
Un disco muy recomendable. Entretenido, brutal y poderoso. Intenso y que te golpea sin descanso hasta dejarte hecho una pulpa de carne humeante. ¡¡Saludos!!