Arcturus «Arcturian»

Arcturus «Arcturian»

 

Tenemos sonando en nuestros auriculares el nuevo trabajo de los experimentales Arcturus, que vuelven tras diez años con «Arcturian», un disco sinfónico y progresivo. Arcturus empezaron, a principios de los 90’s, a definir su propio estilo Black Metal; cosa que era sumamente importante para todas las bandas de esta «oleada». Tras una demo /single («My Angel» de 1991) y un Ep (el «Constellation» de 1994) lanzaron «Aspera Hyems Symfonia» (1996) que golpeó fuerte entre los fans de los sonidos más radicales, por su enfoque diferente y vanguardista.

No en vano, teníamos ahí a grandes músicos como Garm (Borknagar, Ulver, Etc), Sverd, el cerebro de la banda (Ulver, The Kovenant) a los teclados, Hellhammer (Mayhem, Dimmu Borgir, Age of Silence, Troll, Shinning, etc) a la batería, Knut Magne Valle (Ulver) espectacular guitarrista y Skoll (Ved Buens Ende, Ulver, etc) al bajo… La banda fue considerada como un gema oculta entre la avalancha black metalera de los noventa. Pocos sabían de su existencia en aquella era «pre-internet» y sus fans celebraban cada lanzamiento como un acontecimiento cuasi místico.

Fue «La Masquerade Infernale», su siguiente álbum (1997), el que les convirtió en verdaderas leyendas y el que abrió las puertas a un nuevo mundo de experimentación y vanguardismo sonoro. Tras el brillante » The Sham Mirrors» (2002), Garm deja el proyecto y entra en su lugar ICS Vortex (Lamented Souls, Dimmu Borgir, etc), que por cierto, ya grabó algunas pistas vocales en «La Masquerade Infernale». Vortex tiene un registro totalmente diferente a Garm y aporta unas voces mucho más melódicas y experimentales. Aunque a muchos no les guste su registro, es innegable que el tipo sabe lo que se hace.

Con este nuevo line up la banda lanza «Sideshow Synphonies» (2005) un disco más complejo, con mejor producción que sus predecesores, pero que no acaba de cuajar entre sus fans.  Suena más comercial y progresivo, si, pero al mismo tiempo deja entrar a muchos otros tipos de seguidores, en un proceso cíclico que se repite en muchas otras bandas que arriesgan y se atreven a cambiar por las razones que sean.

Tras el susodicho parón de 10 años, la banda vuelve a reunirse para editar «Arcturian». A priori el disco nos produce mejores sensaciones que «Sideshow Symphonies». Comienza con «The Arcturian Sign» que nos muestra una linea parecida a su predecesor, véase: partes extremas que se mezclan perfectamente con otras más progresivas, partes más avantgarde, sinfónicas, experimentales, etc. Da la impresión de que es Hellhammer quien guía con fiereza al resto, con su sonido y estilo característicos. La producción esta cuidada, así como el sonido y el ambiente.

«Crashland» nos suena mucho a Borknagar (old), con teclados de índole clásica y unas guitarras que acompañan a las líneas vocales de Vortex; que en este segundo tema se lanza de cabeza a la experimentación (escuchad la estrofa, es ultra melódica). La verdad es que el vocalista va sobrado, esta en buena forma y ejecuta unos ejercicios vocales complejos y extravagantes. En «Angst» Hellhammer aprieta de nuevo las clavijas y lanza ritmos frenéticos y blast beats como una ametralladora. Por supuesto el resto no se queda atrás, regalándonos momentazos black metaleros con un feeling y un espíritu que hacía mucho que no catábamos. Vortex está especialmente afilado y nos damos cuenta, hacia el final del tema, de que Arcturus están machacándonos sin piedad y de que pueden seguir haciéndolo cuando quieran… Otra cuestión es si querrán hacerlo o no. Es este «Angst» un tema muy intenso y rápido, con unas líneas de teclado magníficas.

Tras dos temas algo más… digamos… discretos, el experimental («Warp» y el comercialoide «Game Over» con esas lineas de cuerdas y parte de la estructura, secuestradas de «Ad Astra») aparece «Demon» el más arriesgado del álbum. Suenan aquí algunas voces a lo The Kovenant, Ulver… aunque este segmento del disco, a nuestro parecer, flojea algo, es indiscutible que la personalidad de la banda se mantiene intacta a través de los tiempos y las modas.

«Pale» entra con intensidad. Durante el primer minuto nos muestra una banda perfectamente conjuntada y sabedora de poseer ese aura legendaria: Bajos y guitarras ejecutados a la perfección, teclados exhuberantes, mega bombásticos/galácticos, marca de la casa, una batería espectacular que escupe ritmos marcianos, lineas de voz extrañas a medio camino entre la opereta y el black metal más asqueroso… wow… todos estos elementos nos transportan a los primeros trabajos de los noruegos, cuando nadie sabía quien demonios eran ni por donde podían salir musicalmente hablando. «Pale» tiene ese espíritu transgresor y explorador y vuelve a introducirnos en el CD de una sonora hostia.

«The Journey» con algunos matices acústicos, serpentea entre grandes espacios siderales, con voces muy muy lejanas y teclados estratosféricos… parece ser que la intención es difuminar o desdibujar el armazón del tema y dejarnos escuchando extraños cantos gregorianos en algún satélite perdido de Jupiter… «Archer» nos trae de vuelta a nuestro sistema solar. Volvemos algunos años atrás y nos parece escuchar un «medley» Arcturiano, con partes que suenan a «Sham Mirrors», «La Masquerade…» El CD termina con la magistral «Bane» con un nivel muy alto de oscuridad y técnica. Gran tema, si señor.

En resumen, tenemos un disco nuevo de una banda que lleva en esto desde hace 25 años (!), cuyos miembros figuran en casi todos los discos clave de la llamada música extrema. Tipos que no se rinden y siguen buscando nuevas sonoridades y nuevos feelings, disco tras disco y para el deleite de muchos, concierto tras concierto. Un grupo que ha innovado en muchos aspectos, (incluido el gráfico) y que sigue al pie del cañón, fiel a su espíritu burlón y literario (que estableció el gran Garm en la fundación de la banda). Creo que debemos alegrarnos por que bandas como Arcturus sigan ahí trabajando duro y regalándonos buena mierda. A pesar de que, probablemente, su mejor momento ya pasó, su declive sigue teniendo mucha más enjundia que otras muchas mierdas que se publican hoy en día.

En fin, este «Arcturian» no es el disco del año, vale; pero esconde mucho más de lo que parece y, por nuestra parte, será recomendado y escuchado. Al final muy probablemente acabe en nuestra estantería. Para terminar, no olvidemos que Arcturus están tocando. Un servidor pudo verlos en la anterior gira y… señores: esta banda toca y bien. Si podéis verlos en directo no lo dudéis. Presenciareis un buen espectáculo.