El Doom. Capítulo 3. «Doomers ingleses: Cathedral y Mr. Lee Dorrian.»

El Doom. Capítulo 3. «Doomers ingleses: Cathedral y Mr. Lee Dorrian.»

 

Siendo un teenager, ya era un auténtico agitador. Desde Coventry, Lee Dorrian, auténtica leyenda y considerado por muchos como uno de los mayores exponentes del Doom, dedicó sus primeros esfuerzos a promover la movida Punk en su ciudad, a organizar conciertos, prestando atención a lo más selecto del underground (como los míticos Amebix) y a militar en grupos anarquistas. A finales de los 80, se une a Napalm Death, tras una de las múltiples reestructuraciones de la banda. Los Napalm le conocen bien, ya que Dorrian les ha organizado bolos. Con ellos graba “From Enslavement to Obliteration”, “Mentally Murderer” y fragmentos de “Scum”. En el 88, funda su propio sello discográfico: Rise Above Records, del que luego hablaremos.

Volviendo a nuestro amigo Lee, siempre inquieto, decide formar una banda junto a un tal Mark Griffiths, que era roadie de los infames Carcass. Dice la leyenda que Dorrian se cansó de los Napalm Death y de la supuesta dirección Death que estos encaraban. Bueno, la verdad es que el vocalista explicó sus razones perfectamente en su momento, en numerosos fanzines y entrevistas.

Griffiths, como Dorrian, era un gran fan de bandas como Black Sabbath, Candlemass, Pentagram, Trouble y Witchfinder General. No tardaron demasiado en completar una formación y, tras definir por donde iría su sonido, comenzaron a grabar material. La edición de su primer álbum “Forest of Equilibrium” (1991) corrió a cargo de Earache Records. Algo más tarde, Cathedral ficharon por Columbia (una major!) para editar “The Ethereal Mirror” (en 1993). Ambos trabajos aúnan perfectamente lo que un disco de genuino Doom ha de tener. Cathedral, auténticos y poderosos, llevaron el Doom hasta lo más alto, siempre con la máxima integridad y credibilidad. Su estilo era a la vez, el eslabón perdido entre las bandas Proto Doom del comienzo del artículo y la música que se tocaba por entonces.

Verdaderos conocedores del estilo, y seguros del poder que emanaba su música, estuvieron a la altura de otros combos que despuntaban por aquel entonces, fuese lo que fuese lo que tocaran. Señores y señoras: con Cathedral poca broma. Las mega guitarras de Gaz Jennings, auténtico titán y copiloto de la nave, acojonan. Las voces de Dorrian, aunque al principio andaban algo sepultadas bajo el sustrato musical, se van revelando poco a poco, narrando atroces y miserables poesías.

De hecho, se colocaron al nivel, en cuanto a relevancia, de muchas de las bandas que les influenciaron a ellos. Y a muchas las superaron ampliamente: por integridad, por una intachable carrera longeva y sólida, por unos conciertos increíbles, etc. “Ethereal Mirror” fue la confirmación de su supremacía. “Enter the Worms”, “Midnight Mountain” y el resto de los temas desprenden un poder incomparable.

La retahíla de trabajos que la banda grabó en la roca es apabullante: “The Carnival Bizarre” (1995), “Supernatural Birth Machine” (1996), el flipante “Caravan Beyond Redemption” (1998), los oscurísimos “Endtyme” (2001) y “The VII Coming” (2002), “The Garden of Unearthly Delights” (2005), el doble y extraño “The Guessing Game” (2010) y por ultimo “The Last Spire” (2013).

Sumemos a estos trallazos un puñado de EPs, como el alucinógeno “Hopkins: The Witchfinder General” (1996) y algunos singles y directos y tendremos el legado, por ahora insuperable, de los incuestionables príncipes del género. Es obligatoria la escucha de cada uno de estos trabajos para comprender el Doom de los últimos 25 años.

Antes de terminar este apartado, debemos reseñar el extremo cuidado con el que Cathedral envolvieron su música. Sobre todo, las portadas de sus álbumes. Dave Patchett, ilustró todas esas covers a petición de Dorrian, que consiguió, también en este ámbito, ser original y marcar tendencia. Las pinturas, inspiradas en el Bosco, son el complemento perfecto para perderse, mientras se escucha la música de los británicos. Terminaremos reseñando el espíritu underground que cultivó la banda durante toda su carrera y su integridad hasta el final de sus días, de momento sin ninguna de esas estúpidas reuniones ni last tours. Toquemos madera.

 

Hablaremos muy pronto sobre otros proyectos Doom de Dorrian. No se vayan todavía, aún hay más.