El Doom. Capítulo 4. Doomers ingleses II. Paradise Lost, Electric Wizard y otros.

El Doom. Capítulo 4. Doomers ingleses II. Paradise Lost, Electric Wizard y otros.

 

Desde Halifax, en 1988, surgió un grupo que llevó el Doom Metal a otro nivel. Paradise Lost grabaron varias demos que pasaron de walkman a walkman con rapidez, para después registrar un primer trabajo que gravitaba entre el Death Metal, que pegaba muy fuerte a primeros de los 90 y el misterioso Doom. “Lost Paradise” (1990), sirvió para llamar la atención de muchos fans que buscaban, sonidos nuevos. Sumergidos en la efervescente escena extrema, ofrecían la alternativa a los sonidos más brutales del Death, el Black y el Grind, sin perder potencia ni oscuridad. Sobre todo con su segundo álbum “Gothic” (1991).

“Gothic” ofrecía buenas melodías, guitarras crujientes, voces guturales, voces femeninas y estribillos memorables. Con un feeling Doom muy marcado, la banda consiguió bastante reconocimiento. Su directo era impresionante y tenían una actitud siempre transgresora.

Paradise Lost encumbraron el género y lo mantuvieron en la cima durante un breve periodo de tiempo, haciendo que muchos fans se interesaran por aquellas sonoridades y bucearan en las revistas y tiendas buscando Doom. “Shades of God” (1992) llegó tras otro lanzamiento muy interesante: un Split con Candlemass que incluía “No Forgiveness” como adelanto de su nuevo disco.

Si uno escucha con atención “Mortals watch the Day”, oirá un tema que por momentos, puede recordar a los Metallica del “Ride the Lightning” tocando riffs de los Sabbath. La gigantesca sombra de los pioneros puede escucharse a menudo durante los temas de Paradise Lost. Revise el lector el puente y estribillo de “Crying for Eternity” por poner un ejemplo. El disco también contiene una de las canciones más interpretadas de su repertorio y que sónicamente, nos conduce a su siguiente etapa: “As I Die”.

Ya con una compañía de discos más potente, Music For Nations (que absorbió a Peaceville) el grupo tiene la oportunidad de girar y expandir su música sin mirar atrás. Gregor Mackintosh, guitarra solista de la banda, crea un estilo a prueba de bombas, junto a la increíble guitarra rítmica de Aaron Aedy, muy peculiar y reconocible, que será fagocitado por miles de bandas emergentes y reproducido sin cesar en futuros lanzamientos.

Cada vez más grandes y famosos, su siguiente paso les confiere el estatus de leyendas del Doom. En 1993 editan “Icon”, posiblemente su mejor álbum. El disco lo tiene todo: sonido propio, artwork y edición de lujo y, lo más importante, canciones que serán himnos para miles de headbangers.

Nick Holmes, el vocalista y letrista de la banda, alejado ya de las voces guturales, entona con voz crujiente sus extraños versos, mientras que las sobrias baterías de Matthew Archer sujetan con fuerza una música que parece querer ser más veloz e intensa.

El doom ya era un estilo “grande”. Pero a pesar de todo, en los catálogos de metal extremo que circulaban por la época, el apartado de referencias Doom continuaba estando hacia el final, junto al Gótico, el Ambient, el Industrial y las cosas raras.

Volviendo a los Paradise Lost, tras una exitosa gira y cosechando muy buenas críticas, vuelven a golpear con fuerza con su siguiente trabajo: el muy recomendable “Draconian Times” (1995) que superó el millón de copias vendidas. “Draconian Times” hizo que los thrashers se interesaran por el Death, que los deathmetaleros se interesaran por el Gótico, que los heavies escucharan Doom y que los góticos le dieran al Black. En “Draconian Times” hay más guitarras limpias, menos voces rasgadas y más teclados que en “Icon”. Aun así, el álbum es intenso y al mismo tiempo más pegadizo.

Justo después, en plenos noventas, con la MTV funcionando a toda máquina y con la música alternativa fusionándose con el resto de las tendencias, la banda desaparece y parece meditar su siguiente paso.

Para muchos de nosotros, deberían haber seguido meditando aún más.

Tras una serie de lanzamientos, incluyendo recopilatorios y la presentación de una canción nueva (“Say just words”) Paradise Lost pegan un giro radical y lanzan “One Second” (1997). El disco de la discordia.

 

A pesar de que decepcionó a muchos fans cuando salió, “One Second” sirvió para que otras muchas bandas dieran el paso y exploraran otros caminos más allá de los límites del Doom y el metal. Paradise Lost se acercan más que nunca al mainstream y con “One Second” se alejan de las sonoridades extremas durante una larga temporada. Aun así, muchos grupos de la escena lo citan como una influencia directa y en ciertos aspectos todavía se podría considerar como un disco Doom.

Tras otros lanzamientos menos afortunados como “Host” (1999) que suena como una mezcla de U2 y Depeche Mode o “Believe in Nothing” (2001) la banda se pierde en el olvido y se cubre de mierda, hasta que, de la mano del productor J. L. Arellano, vuelven al Doom con el increíble “The Plague Within”. Ahí siguen hoy en día.

 

My Dying Bride, banda muy respetada entre los doomers, hizo una muy buena mezcla, en los 90, de la pesadez del Death Metal con los riffs de bandas originarias del estilo. Su famoso “As flowers Dithers” (1992) también figura entre los grandes. Aunque luego cambiaron y disco a disco fueron ofreciendo muchos y distintos sabores, en este primer trabajo, se respira el ambiente Doom e insano del que hablamos sin parar, e intentamos transmitiros en este escrito. El “34.788%” (de 1998), más experimental, también me gusta. Aunque tenéis para elegir: hay 15 álbumes oficiales y otros tantos Eps, singles, etc. Imprescindibles.

 

Electric Wizard como tales, nacieron en Dorset en 1993. Aunque Jus Oborn ya llevaba repartiendo leña desde el 88 bajo otros nombres y con otros músicos. El excelente batería Mark Greening y Tim Bagshaw al bajo, se unieron al proyecto y junto a Oborn a la guitarra y voces, crearon una música que bebía directamente de Sabbath y Cathedral.

Con casi una decena de trabajos editados, son considerados como otro de los pilares del Doom. Su sonido tiene diferentes matices según la etapa en la que se encuentra la banda. Con su primer álbum, “Electric Wizard” dejan muy claras cuáles son sus influencias. Sin rodeo alguno, pillan a los Sabbath (y a los Pentagram) y los pasan por su filtro para hacer lo suyo.

El trabajo no pasó desapercibido, pero tampoco arrasó precisamente. Es el segundo “Come my fanatics” (1996) el que sí que golpeó fuerte y se incrustó en la mente de miles de fans. Con un sonido más cabrón y ácido, más oscuro y peligroso, Electric Wizard estuvieron en boca de todo el mundo. La verdad es que es muy buen disco y el sonido es demoledor. Es como si cogieras a Blue Cheer y les dieras una sobredosis de anfetaminas. Salió bajo el sello Rise Above (de Lee Dorrian) y tuvo muy buenas críticas en su momento.

Casi toda la prensa se volcó con el disco, tildándolo de clásico del Doom. Según cuentan los miembros de la banda, la producción que tiene “Come my Fanatics” no fue buscada. Aunque también cuentan que trataban de reaccionar al sonido de su primer álbum. Al parecer les resultaba demasiado “ligero”. Oborn estuvo metido en las labores de producción y se ocupó de añadir samples de pelis y de meterle más presión al asunto en la mezcla. Desde luego le quedó de puta madre.

Electric Wizard publicaron después bastante material, todo muy recomendable. “Dopethrone” (Rise Above 2000) también es muy buen disco y terminó por consagrarles. Se le considera el punto más álgido de su carrera, aunque yo me quedo con “…Fanatics”.

 

Algo después, en 2003, Tim Bagshaw y Mark Greening, formaron Ramesses y editaron un material muy muy bueno. En serio, dadle una escucha a eso.

Greening ha seguido vinculado a los Wizard saliendo y entrando de la formación. Grabó también el primer álbum de With The Dead junto a Tim Bagshaw y el maestro Lee Dorrian, aunque algo chungo pasó y le mandaron a tomar viento fresco. En mi opinión Greening es un baterista excepcional y andaré atento a cualquier cosa que grabe.

Tim Bagshaw, tras salir de Ramesses, se puso a hacer el animal en Serpentine Path, proyecto increíblemente bueno, también Doom, pero más Sludgero y con tintes Death. Tenéis que escuchar esto también.

Volviendo a Oborn y a los Electric Wizard, publicaron ya con otra formación “Witchcult Today” (en 2007), “Black Masses” (2010), “Time to Die” (2014) con Greening de nuevo tras los parches y “Wizard Bloody Wizard” (2017). Gran banda.