Dream Theater «The Astonishing»

Dream Theater «The Astonishing»

Dream Theater, nos presentan «The Astonishing» una increíble edición de dos CDS que contienen mas de dos horas de música. Se dice por ahí que la banda se ha recuperado de la marcha de su alma mater Mike Portnoy (not) y con este, su segundo trabajo sin el batería (el primero fue el raruno «A Dramatic Turn of Events» de 2010) intentan recuperar el trono del metal progresivo, que anda bastante disputado con formaciones más jóvenes y atrevidas peleando duro por sentarse en el, realizando una música de calidad y muy bien producida. La verdad es que estos tipos llevan desde el 85 tocando sin parar. Son 30 años, amigos. Y eso se nota.

Los pasajes musicales son, como siempre, increíbles, con una producción cristalina y con unos arreglos orquestales (a cargo de David Campbell) que nos transportan al mundo distópico del que nos hablan los textos. Parece que DT se apuntan al carro de las Distopias futuristas.

Excesivos y bombásticos, Dream Theater avanzan con la soltura a la que nos tienen acostumbrados entre dulzonas partes poppies (demasiadassss), pasando por los obligados segmentos ultra técnicos, fragmentos más acústicos, partes más metaleras… intentando presentarnos una especie de Opera Rock Conceptual (con un libreto realmente infumable por cierto). En fin. Ya sabéis de que va esto.

Supongo que los seguidores más acérrimos estaréis de enhorabuena… en cuanto a nosotros, nunca hemos soportado la voz de La Brie, que a pesar de su excelente técnica y de otras virtudes, jamás nos ha encajado en el combo de Long Island. A pesar de esto, al final hemos acabado escuchando sus discos (es inevitable) y apreciamos trabajos como el estupendo «Six Degrees of Inner Turbulence». Volviendo al canadiense, escuchad lo fuera que está en el burlón comienzo de «Lord Nafaryus» o en la parte más bailonga de «Three Days» (divertido tema) por ejemplo. Sus voces, demasiado conservadoras y carentes de cualquier tipo de peligro nos acaban cansando. 

También da la impresión de que la orquestación está demasiado presente en todas las canciones. Ocupa un espacio en el que normalmente evolucionaban los galácticos ejercicios de Rudess y los licks de Petrucci. Y esto, hace algo más pesada su escucha, no por que no disfrutemos de la ya casi olvidada música clásica, sino por que el bueno de Campbell no anda especialmente inspirado y en muchas ocasiones los arreglos que inventa, son algo ramplones (en el comienzo de «Act of Faythe» p. ej.) y se ve ampliamente superado por esos jovenzuelos de los que os hablaba ahí arriba haciendo el animal con un par de sintetizadores.  No olvidemos que es un artefacto de 2 horas y 10 minutos lo que tenemos aquí. En algunos momentos nos recuerda a aquel viejo disco de los bostonianos Extreme, el mega egomaníaco «Three Sides of Every Story», ¿lo recordáis?

Hablando de Extreme, Mike Mangini, toca como un verdadero fuera de serie, pero en ningún momento logra acercarse a la brillantísima concepción de la batería de Mike Portnoy. Y este es realmente en el primer álbum en el que toca. Ya que en el «Dramatic turn of Events» al parecer ya existían muchas líneas de batería escritas.

Himnos cochambrosos (Brother, Can You Hear Me?), marchas militares y demás adornos aparecen y desaparecen para dotar de concepto a los temas de este «The Astonishing». Si hubieran subido al bueno de Myung en las mezclas, y hubieran estrangulado a James la Brie, el álbum hubiera mejorado un 100%.

En fin, a pesar de que el álbum tiene auténticos momentazos musicales, se nos ha hecho casi imposible su escucha de forma continua. Intentando asimilar tanta matraca en varias sesiones, probablemente hayamos perdido el hilo en algunas ocasiones. Un culebrón sci-fi ultra mega super musicado por los super mega ultra virtuosos del prog (estoy empezando a odiar esta palabrita ya) regado por una super mega orquesta, todo pasado por el filtro de Petrucci y La Brie no es algo que se digiera alegremente, así, un viernes.

Nos da la impresión de que a Dream Theater se les van a desmadrar los fans (está pasando) y que empiezan a convertirse en dinosaurios musicales… lentos, pesados y anacrónicos.