Aquí tenemos la octava entrega en disco grande (y de estudio) de esta magnifica banda de Olympia (Washington), que en su época (los noventa) vivió todo el auge del grunge (aunque musicalmente dista un poco de dicho «genero») y hasta compartió escenario con alguna mítica banda del momento. Pero son ellos lo que se han hecho míticos con el paso del tiempo, salvando modas, y para nosotros es lo que son, una leyenda viva dentro del rock y el metal.
Junto a una serie de bandas que resurgieron desde el underground a finales de los ochenta y principio de los noventa, Earth han dejado una gran huella en dicha década (y en la música actual) junto a bandas como Melvins, Boris o Sleep, influenciando a grandes combos del drone y el doom (y otras experimentaciones) como Sunn O))) y Orthodox entre otras.
Desde su primera demo allá por el año 90, Earth nos fueron dejando grandes discos: Su impresionante EP «Extra-Capsular Extraction» (1991) que nos regalaba y nos iba preparando para lo que vendría después, dando forma a un estilo que se estaba cociendo. Llegando al punto más alto de su carrera con su impresionante tercer álbum «Pentastar: In The Style Of Demons» (1996) Un año más tarde, la banda tomaría un descanso (por así decirlo) hasta volver al estudio, tras algún Split, directo y recopilatorio inútil.
Después de esta época de transición, editaron su «HEX; Or Printing Of The Infernal Method» (2005), para mí su última obra reseñable, porque después vino más de lo mismo, repitiendo un disco tras otro. Por eso, cuando llegó esta obra a mis oídos, no confiaba demasiado en que me gustara, ya que sus dos o tres anteriores discos no nos decían nada nuevo y este, tampoco es que lo haga precisamente, pero tiene un punto diferente a sus antecesores. Y digo que tiene un punto más allá por unas cuantas razones: Posee unos riffs bastante mal rolleros y retorcidos, además de contar con las voces de un sorprendente Mark Lanegan que, aunque os parezca extraño (quizá son alucinaciones mías, pero esos dejes y esa modulación me los han traído a la mente nada más escucharlo) me recuerda a Rozz Willians o Valor Kand de Christian Death.
El disco empieza con ese sonido tan característico al que la banda ya nos tiene acostumbrados; guitarras áridas con ritmos cabalgantes, que van dando paso a dibujos y melodías que entran y salen de tu mente y que, casi sin darte cuenta, te van llevando de viaje, en una progresión lenta y atrayente. Y así se van sucediendo los pasajes, con esas obsesivas, dulces e inquietantes melodías de fondo, junto a las que aparecen pequeñas capas de ruido muy sutil, para dejarte donde hicieron nacer el disco.
En «There is a Serpent Coming» entra en escena el señor Lanegan. Cantando sobre las tranquilizantes y cristalinas aguas por donde nos lleva el tema. Majestuosos toques bluseros que se van entrelazando en un cósmico viaje… en una psicodelia lenta y arrebatadora… como un hipnótico sueño Este tema es una verdadera joya, perfecto para estar a solas con una cerveza, cerrar los ojos y dejarse llevar…
El tercer corte nos trae una nueva sorpresa: Junto al decadente rock blusero y sureño, aparece la voz femenina de Rabi Shabeen Qazi (de la psicodélica banda de rock Rose Windows) aportando un rollo setentero y mágico. Acompañados por un sintetizador Moog, la banda nos hace darnos un nuevo viaje por un escenario, que bien podría ser el de una escena de Mad Max; con esos vehículos haciendo rugir sus motores de manera amenazadora.
La exploración continua con la instrumental «Even Hell Has Its Heros» sonando como un revolcón entre cactus, a pleno sol, en alguna llanura solitaria y árida. La cosa va muriendo, pero no sin matar, y entra en escena de nuevo el señor Lanegan, que vuelve a hermanarse a la perfección con esa especie de doom que no lo es y de stoner que tampoco llega.
Y es que Earth son algo más que un estilo. Y eso es lo bueno. Son simplemente Earth; vienen del rock, del blues y la psicodelia, suenan a su manera; lentos y precisos. Sin prisas y con la rotunda calma de un elefante. Estamos ante unos grandes músicos, que saben lo que hacen, aunque ya no sorprendan. Pero, es que ya no les hace falta, porque hace tiempo que lo lograron, y de manera magistral. Después de 25 años y como no podía ser menos, Earth han conseguido un lugar propio dentro del panorama musical.
Rouco Dapena. (Editado por Harry Lime)
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