A principio de los 90, en Finlandia, surge un combo que se desintegra antes siquiera de editar su primer álbum. Jori Sjöroos, Mikko Ruotsalainen y Niko Skorpio grabaron tres demos ultra cafres. “Abysmal dimensions” salió en 1991 y es una auténtica pasada. Diferente a todo lo que había entonces. Muy poco después grabaron otra: “Fhtagn-Nagh Yog-Sothoth” y por último nos obsequiaron con “Dancing in the Realm of Shades” en el 92, otra puta maravilla, que debes degustar con paciencia, pues el sonido es penoso.
Esta gente aportó ingredientes nuevos y muy interesantes al Doom que se tocaba por entonces. Thergothon, que así se llamaba el combo, empujaron hasta el límite la lentitud de sus desarrollos y la oscuridad de su propuesta. Con una voz gutural monstruosa y un ambiente funerario, se internaron en la oscuridad, explorando lo profundo, dejando los túneles iluminados con bombillas mugrientas a punto de fundirse. Su sonido inspiró a otros muchos grupos que siguieron esta desoladora senda.
Se perdieron en el olvido, tras dejar grabado el espeluznante “Stream of the Heavens” (1994). Bueno, se perdieron en el olvido “Doom”. Los miembros de la banda han seguido haciendo cosas. Son fácilmente rastreables.
Skepticism, también de Finlandia, surgieron algo más tarde. Editaron un par de demos; “Towards My End” (1992) y “Aeothe Kaear” (1994) de sonido Death Metal. No tardaron en incorporar teclados y grabaron su primer álbum “Ethere” (1997) que suena muy fúnebre y ultra oscuro. Considerados también precursores del Funeral Doom, Skepticism se toman su tiempo en componer sus temas. Tienen un feel más experimental y distinto al de sus compatriotas Thergothon. Sus canciones se desarrollan lentamente y hay que escucharlas sin prisa y con atención. En sus álbumes “Stormcrowfleet” (1995), “Lead and Aether” (1998), o “Alloy” (2008) encontraremos música angustiosa, pesada y densa.
Hace poco, leyendo una crítica de su último CD, el alucinante “Ordeal” (2015) en el webzine Metal Storm, me reí bastante con las palabras del tipo que lo reseñaba. Me parecieron muy acertadas. Decía que su música se distingue por una vibración triste y melancólica, pero más en un rollo “la vida es triste, déjame darte un abrazo” en lugar del mensaje que transmiten otras bandas, que es: “abraza la oscuridad, vas a morir de todas formas” (Apothecary, Metal Storm) Totalmente de acuerdo.
Otra de las bandas flipantes que surgieron de aquella extraña tierra y que tenéis que escuchar, fue Unholy. La banda se fundó en 1988, y se llamaban Holy Hell. Menos mal que cambiaron su nombre. Su primer álbum no salió hasta 1993.
Como pasaba entonces, las bandas tocaban en directo, sacaban alguna demo, después grababan algún EP y al final, por fin, el LP. “From the Shadows” (1993) sonaba algo cafre, pero ya se adivinaba por donde irían los tiros más adelante. Momentos desoladores, mucha melancolía, sonido poderoso y majestuoso y mucho trabajo en la composición.
Más adelante, empujaron su Death Doom hacia territorios algo más atmosféricos. Aunque la idea estaba ahí ya, la banda se ajusta y encuentra el sitio en la mezcla para todos estos elementos. Voces femeninas, teclados y pasajes limpios y tristes, se alternan con ritmos poderosos, palm mutes y guitarras graves, en un viaje que llevara al oyente concentrado a territorios desolados y oníricos. Su sonido es complejo, elegante y rico en matices si se profundiza en el. Con “The Second Ring of Power” (1994) el grupo se separa hasta el 98, en el que editan la que es su obra cumbre: el genial “Rapture” una auténtica maravilla Doom, que los convirtió banda de culto. Un álbum muy recomendable, solido, de gran producción y muy inspirado.
Un año después se despiden con el gran “Gracefallen” (1999). Tras un par de reuniones fallidas y la adquisición por parte de Peaceville de su antiguo catálogo, la banda desapareció del mapa.
Con apenas 4 años de carrera (del 89 al 93), Disembowelment, desde la lejana Australia, experimentaron con todas las tendencias que les llegaban procedentes de Europa y América y comenzaron a mezclarlas con gusto exquisito, para producir un Doom/Grind/Death de excelente factura. Jamás tocaron en directo, pero son una banda indispensable para comprender el género Doom. Aunque sus temas poseen fuertes influencias del Death/Grind old school, con partes rápidas y poderosas, es en sus fragmentos más opresivos donde llaman poderosamente la atención. Melodías extrañas, pasajes alienígenas y tonos de guitarra extrañamente tratados, se convierten en excelentes ejemplos de desolación, pesadez y opresión. Su exploración sónica y las mezclas de sus canciones inspiran a multitud de bandas a destruir límites y a ir más allá. Es una verdadera lástima que la banda no continuara.
Al principio grabaron un par de demos: “Mourning September” y “Deep Sensory Procession Into Aural Fate” (ambas de 1991), ya con un sonido muy original y un afán por la experimentación muy marcado. En su EP “Dusk” (1992) ya pueden escucharse esos interludios y atmosferas completamente desquiciadas y profundas.
Su primer y único álbum “Transcendence into the Peripheral” (1993) es una influencia clave y el manual perfecto del Avant Garde Doom. Una obra maestra; indispensable escucharla.
En cuanto al Funeral Doom, intentaremos definirlo como un estilo que atrapa el sentimiento Death Metal que se mezclaba a principio de los 90 con el Doom tradicional y lo lleva más lejos en términos de profundidad, gravedad y sobre todo lentitud. Los textos se recrudecen y hablan de soledad, suicidio, temas místicos y tenebrosos (generalizando mucho). Sirva esta breve descripción para presentaros un pequeño grupo de bandas, casi todas deudoras del sonido de los finlandeses antes mencionados y que mezclan su rollo con dronismos y feelings oscuros variados: destacaremos por ejemplo, a los Mournful Congregation de Australia, los Esoteric de Reino Unido (¡gran banda!), los flipantes Corrupted, que son japos y tienen letras en castellano weirdo y aquí en España, los oscurísimos Famishgod, que visten con túnicas (parecen Nazgul) en sus bolos, hacen una música ultra aplastante, con mucho poso Death, tienen un directo demoledor y aparcan a sus bestias aladas en la puertas de los garitos donde tocan.