Gizzard + Octopus Garden

Gizzard + Octopus Garden

La noche del 16 del Mayo, Rock on Road nos traía a dos bandas muy originales y con sonidos e influencias muy distintas. Gizzard y Octopus Garden nos ofrecían un extraño concierto (por la combinación de estilos), en la madrileña sala Kiss.

Los primeros en tocar fueron Octopus Garden, grupo de reciente formación y que surge de las cenizas de Tears on Mars, de los que conserva a todos sus componentes a excepción del vocalista. Y la verdad es que, por lo que pudimos presenciar, han sabido utilizar esa ausencia de lineas vocales, para acabar mutando en un combo más dinámico y ajustado. Es cierto que una banda instrumental puede echar a algunos para atrás, (no es nuestro caso), pero en cuanto estos tipos (y tipa) comienzan a maniobrar con sus instrumentos os aseguro que no hay lugar para el aburrimiento.

Tanto el bajista (Rubén) como el guitarrista (Javi), se valieron de todo tipo de efectos, loops y alucinantes riffs para llevarnos de viaje a través de pasajes oníricos y progresivos, llenos de melodías y efectos psicodélicos; además de machacarnos con otras secciones más directas basadas en el metal, el post y el rock. Alucinantes sus pedal boards, repletas, literalmente, de todo tipo de artefactos y pedales.

Eva, a la batería, empujaba a la banda sin descanso, tocando patrones originales; a veces monolíticos y otras más complejos, encajando perfectamente con sus compañeros de grupo y formando con ellos, una extraña mixtura, que funciona pero que muy bien. Además la batería, tocó con un vendaje algo aparatoso en la mano y pudimos enterarnos de que había sufrido un accidente (con varios puntos de sutura) unos días antes.

La banda, que aun no cuenta con ningún trabajo editado, presentó temas como «Trilobites App», «Sloth is Lazy» o «Penguins from Los Monegros», todos de distinta factura y llenos de fusiones y matices diferentes, pero interpretados magistralmente, con el sello de tres grandes músicos. Además pudimos reconocer «Parrots in the Forest» un tema con una excelente melodía y con un videoclip grabado en su lugar de ensayo.  Ojo con Octopus Garden; grandes músicos, con una propuesta muy personal y un sonido que tira de espaldas. Ya hay ganas de que entren al estudio.

Los lisérgicos Gizzard, fueron los siguientes en abordar el escenario. Tipos curtidos en mil batallas musicales, demostraron que patean culos como pocos. Voces que suenan cool; rockeras, melódicas…, Guitarras con vibrato que parecen sacadas de discos viejunos y vintage, teclados sci fi que recuerdan a platillos volantes, monstruos que viven en pantanos y que se yo…, baterías llenas de groove y de potencia y lineas de bajo pegadizas hasta la muerte. Todo esto y mas son Gizzard; banda misteriosa y oscura, con un disco en su haber, el magnifico «Unnatural», que con su sonido añejo, les convierte en una rara avis en la escena rockera de nuestro pais. Gizzard comenzaron su show con la fuzztoniana «Out of Time» tema de sonido rockero, ácido y garagero, que rapidamente nos metió a todos en su mundo oscuro y estroboscópico.

Algo después escuchamos «Lonely Call»; canción de desarrollo lento y agónico, con voces «morrisonianas» y que acaba desembocando en un riff casi surfero. Sonaron experimentos como «Rusted Doll», la flipante «Divine Cactus», con unos teclados y unas guitarras realmente magistrales, una sección rítmica muy compenetrada y unas voces psicodélicas que avanzan hacia un final lento y épico… La cachonda «Fucking Disease» con su estribillo cool y acidísimo… Atacaron también las psicotrónicas «Unnatural» (gran tema e increíble vídeo) y «Spiral Void», esta última, de ambiente oscurísimo, con una gran línea de teclado y un estribillo pegadizo hasta la saciedad, es merecedora de estar sonando en la banda sonora de la siguiente película tarantiniana…

Hacia el final del concierto versionaron el «Steppin´Stone» de los Monkees… La verdad es que habiéndoles escuchado en disco, no imaginábamos como sonarían en vivo y, podemos afirmar, que mejoran y mucho. Las canciones se vuelven más salvajes, escapando de las ataduras de la producción, llegando, en algunos momentos, a alterar su estructura y adquiriendo potencia y pegada. Su peculiar sentido del humor estuvo presente durante toda la actuación, llegando al climax en la presentación de los componentes de la banda (impagable la presentación del bajista como «El Caudillo»). Si queréis descubrir una banda autentica, no dudéis en haceros con su muy recomendable «Unnatural» y estad atentos a su próximo bolo. Lo disfrutareis.