El anteriormente vocalista, guitarrista y alma mater de los noruegos Emperor acaba de sacar “Arktis”, en el que parece que ha encontrado el sonido, las composiciones y el feel adecuados tras “The Adversary” (2006), “AngL” (2008), “After” (2010), “Eremita” (2012) y “Das Seelenbrechen” (2013). En este último trabajo, Ihsahn se muestra más sólido que nunca, con las ideas muy muy claras, todavía apoyado por Candlelight (cuadrados los tienen los ingleses, apostando por semejante material desde el principio) y con ganas de experimentar y explorar nuevos horizontes musicales sin abandonar su característico sonido ni su personalidad.
“Arktis” es un disco muy variado, en el que lo progresivo y lo experimental se entremezclan para aunarse en unos temas marcianos, con una calidad de sonido espectacular y que ofrecen multitud de registros diferentes: desde partes metálicas, hasta electrónica avantgarde, con líneas vocales que nos recuerdan sus ápocas más Black Metal y melódicas entonaciones muy en la onda de Arcturus o Ulver.
La épica, que siempre fue uno de sus fuertes, se fusiona (parece que sin esfuerzo aparente) con feelings más comercialoides, cosa que Ihsahn ya andaba buscando desde hace tiempo, pero que no acababa de conseguir (en nuestra opinión), sonando algo más forzado en su anterior material. Esta vez, parece que ha dado en el clavo, haciendo la escucha del disco muy entretenida y sorprendiéndonos tema tras tema con trucos y artificios dignos de un mago.
Véase por ejemplo “Dissassembled”; aparecen en este primer tema, sus “típicos” riffs metaleros con voces rasposas, que mutan en desarrollos progresivos y en remansos más tranquilos en el que nos muestra hasta dónde es capaz de llegar con una impresionante interpretación vocal en la parte central.
En “Mass Darkness” suben los octanos y Ihsahn se abandona a un frenesí guitarrero y de coros épicos comenzando las hostilidades en su línea habitual, pero dejando entrever detalles en forma de arreglos aquí y allá. “My Heart is of the North” continúa potente y agresiva, con un solo de teclado realmente espectacular. Además se nos enseña que este tipo puede hacer verdaderas virguerías con su guitarra. En general, en todo el trabajo esta sobresaliente a las seis cuerdas. Siempre fue muy bueno, pero el tono y los ejercicios con los que nos regala los oídos en este álbum son realmente alucinantes.
La extraña y experimental “South Winds” se aleja ya de sus predecesoras y nos sorprende con un gran trabajo de producción electrónica, voces susurradas y ambientes decadentes, cortados a fuego por riffs distorsionados. “In the Vaults” continua por la senda experimental y progresiva, buscando ambientes y espacios entre los silencios, los punteos lentos y los arpegiadores. La melodía se impone con fuerza a través de los sintes y las guitarras, sobre la excelente base rítmica de Tobias Ørnes Andersen (batería con el que cuenta desde el principio de su andadura en solitario y que tocó con Shining, Leprous, Coal y Marty friedman) que está que se sale a la batería y que parece que es el único músico de sesión con el que ha contado para el trabajo. Así que si, amigos. Ha grabado él solo el resto de instrumentos. A estas alturas del álbum, no sabemos muy bien dónde nos encontramos. Pero el viaje es placentero e impredecible, cosa que agradecemos y mucho.
“Until I Too Dissolve” nos lleva de vuelta a los 80, con sonoridades que recuerdan a Van Halen, Survivor e incluso Toto… Atentos al solo del tema que es realmente estratosférico. “Pressure” aparece con una interesante textura de guitarras y una estructura que muta en desarrollos experimentales, metálicos y extremos en ocasiones, con partes de blast beats que nos recuerdan a los últimos trabajos de Emperor. Si consigue llevar este material al directo, Ihsahn va a arrasarlo todo. Veremos.
“Frail” es otra pieza curiosa, de introducción acústica que se transforma en una extrañísima pieza vanguardista, que nos es difícil describir aquí… Excelente material, quizá nuestra favorita. “Crooked red Line” empieza con unos ambientes, un saxo y unas voces que parecen sacados de un disco de Ulver, pero comienza a coger peso hacia el minuto y medio del tema. Donde pueden verse reminiscencias a Shining y las voces se vuelven intensas y salvajes. “Celestial Violence” empieza tranquila… hasta que explosiona en una espectacular sección épica, con tintes algo post y voces black metaleras marca de la casa y así va alternando dinámicas hasta el apoteósico final.
“Tir Tol Ulven (Sppelsolen)”, el último tema, es sin duda la pieza más extraña, casi un desvarío de estudio, cantada en Noruego (eso nos parece) y totalmente marciana.
Una vez que finaliza el viaje, en el silencio, nos damos cuenta de que nos ha pasado una apisonadora por encima. Evidentemente, con una escucha seremos incapaces de percibir los cientos y cientos de feelings que deja entrever el trabajo del músico noruego. Una obra mastodóntica y muy elaborada que va creciendo (y mejorando) escucha tras escucha y que nos aportará muchos momentos de buena música. Ihsahn va a terminar por convertirse en algo aun más grande de lo que es, tiempo al tiempo. Sus colaboraciones con Devin Townsend, Trívium, Jeff Loomis, Arcturus, Ulver, etc, le han proporcionado un bagaje y unas influencias que se dejan notar en sus composiciones. Además su maestría con la guitarra (miraros sus lecciones para Guitar World), los sintes (virtuoso total) y el bajo, le permite tener controlado en todo momento el carácter de su material. Veremos si es capaz de llevar todo esto a los escenarios y con que nos sorprende en sus siguientes trabajos.
De momento nos quitamos el sombrero ante este “Arktis”. Muy recomendable.