Neurosis, banda procedente de San Francisco, lanzó su doceavo disco de estudio (contando aquella alucinante colaboración con la grandísima Jarboe), “Fires Within Fires”, en un mundo totalmente distinto a aquel en el que empezaron. Fue el año pasado, en septiembre. Ahora, cuando van a cumplir las tres décadas sobre los escenarios, se les considera leyendas, visionarios, dinosaurios, referentes, blah, blah, blah.
La cuestión es que en el 2016, se enfrentaron de nuevo al temible proceso creativo, con las criticas, no muy buenas, de su último trabajo “Honor Found in Decay” todavía frescas. Al otro lado del cristal, en la cabina de control está Steve Albini (otra vez). Y desde los estudios Electrical Audio, en Chicago se lanzan de nuevo. A grabar otro álbum. Me imagino a estos tipos, mirándose a la cara de nuevo. Enchufando pedales, afinando guitarras. Desde 1985, intentando plasmar la oscuridad y la desesperación, con esa poesía extraña, primitiva y mágica que dejan ver en sus textos. Y no los imagino para nada agobiados. Más bien todo lo contrario.
Su primer disco, “Pain of Mind” (Alchemy Records 1988) reflejaba la búsqueda de un sonido. Y la canalización de su furia. Con “The Word as a Law” (Lookout Records 1990) y “Souls at Zero” (Alternative Tentacles 1992) el grupo comienza a encontrar vibraciones con las que todos resuenan. Se escuchan ya sonidos que formaran parte de su personalidad a lo largo de su extensa carrera.
“Enemy of the Sun” (Alternative Tentacles 1993) y el brillante “Through Silver in Blood” (Relapse 1996) fueron probablemente los puntos de inflexión. El sonido se hace más lento y pesado y abre las puertas a la mística y el ritual. Perfeccionando esta fórmula materializaron “Times of Grace” (Relapse 1999) para muchos, su obra maestra. Es aquí donde muchos fans quedaron totalmente enganchados a la banda. Sonido crudo, primitivo, tribal y poderoso.
El grupo, en constante evolución, da un paso más allá con “Sovereign” (Neurot Recordings 2000), profundizando y explorando el vacío que ellos mismos crearon. La tristeza y la desolación pasan a ser las protagonistas; “A Sun That Never Sets” (Relapse 2001) y “The Eye Of Every Storm” (Relapse 2004) así lo demuestran. “Given to the Rising” (Neurot Rercordings 2007) y “Honor Found in Decay” (Neurot Rercordings 2012) parecían, para muchos, el canto de cisne. No se veía ya demasiado recorrido. Aunque la banda no paró de luchar, girar y avanzar, el público les condenaba ya, considerándoles acabados. Craso error.
Neurosis son tipos duros. Curtidos. Músicos y artistas sobre todas las cosas. Y en “Fires within Fires” vuelven con mucha fuerza y sentando cátedra una vez más..
Encontramos de nuevo sus característicos riffs devastadores, golpeandonos repetidamente (como al principio de “Bending Light”) junto a la batería y el bajo, dejando paso a atmósferas tribales más relajadas, siempre arregladas por el gran Noah Landis y sus samples hipnóticos y cíclicos.
Continúan teniendo su magia de siempre. A lo largo del álbum Von Till y Kelly berrean poniendo al límite sus gargantas, sin dejarse nada en el tintero. Todos empujan, ya sea con un riff industrial, como con sus ritmos mastodónticos, grandes y solemnes. Dave Edwardson lo aúna todo, con un sonido de bajo monstruoso. Cemento vibratorio que sujeta tanto el riffeo sludge como los arpegios (escuchar “A Shadow Memory”).
De nuevo, nos maravillaremos, perdidos dentro de una de esas estructuras circulares de cinética extraña. Neurosis, con estas estructuras, presentes en casi todos sus discos, nos llevan de la mano hacia mundos post apocalípticos.
Jason Roeder, fiel a su estilo, golpea y golpea, y guía a la banda con breaks largos y cadencias doomers. Numerosas explosiones de energía. La banda aprieta y estrangula.
“Fire is the End Lesson” por ejemplo, empieza con las dos voces contestándose en mitad de un riffeo industrial, tocado con crunch, que se transformará en una tormenta distorsionada. Landis vuelve a disparar esos sonidos. Largos desarrollos nos sitúan en medio de desiertos, donde los escombros reflejan la luz del crepúsculo y el viento radioactivo nos envenena.
En definitiva, un gran disco, que recupera la furia de sus anteriores trabajos y demuestra la maestría de unos músicos, que vuelven a hablar en el lenguaje que les hizo famosos. Neurosis son un valor seguro, siempre. Se expresen como se expresen. Tanto si utilizan el Post Metal, como el Doom, como el Industrial, el Sludge o lo que sea. No olvidemos que en sus directos, sazonados con sus legendarias proyecciones y luces, siguen siendo unos maestros.
«Fires Within Fires» es un gran disco. Muy recomendable.