La Primera edición de Raíz Ibérica: Encuentro contra el mundo moderno, se celebraba el sábado 20 de Junio, en un bonito paraje natural, muy cercano a Soto del Real. Con verdadera curiosidad emprendimos viaje y llegamos a la puerta de «La Finca de Iñaki» ya entrada la mañana. Fuimos recibidos allí por la organización, que amablemente nos proporcionó nuestras entradas, grandes, bien impresas (y diseñadas) y numeradas a mano, con nuestro nombre en ellas. Además recibimos un programa con todas las actividades que se llevarían a cabo en el evento.
Una vez traspasamos el umbral, nos encontramos en un pintoresco patio, decorado con estandartes con simbología celtíbera, realizados de forma artesanal. Pronto empezamos a curiosear y a empaparnos del buen ambiente que se respiraba allí dentro. Lo primero que nos llamó la atención fueron los tenderetes de artesanía. Estuvimos admirando los trabajos de Maen Log. Vimos allí cuernos decorados, con espectaculares diseños de inspiración celtíbera, realizados con una maestría excepcional, placas de madera labrada, pirograbados, etc. Más pegado a la puerta estaba el tenderete de Rosario Rivero, que ofrecía dulces, pasteles y confituras y que estuvo proveyendo al personal de sus deliciosas galletas durante todo el evento, algo más allá vimos los trabajos del Artesano Numantino, que exponía sus broches, pines, collares con motivos variados, aunque todos basados en el mundo antiguo: podías ver reproducciones de monedas romanas, grifos, lebreles, pentáculos y un larguísimo etc… todos realizados con gran destreza. Mientras curioseábamos, pudimos degustar la multi premiada cerveza Arevaka, en dos de sus variedades, roja y rubia, esta última potente y sabrosa. La organización tuvo a bien invitar a los asistentes a una degustación gratuita de esta cerveza artesanal y a una tapa a media mañana.
Algo más tarde buscamos entre los asistentes a los ponentes de las conferencias y encontramos al gran escritor Antonio Ruiz Vega, que estuvo hablando sobre «La España Antigua» en el evento, con un enfoque más orientado a la pervivencia de antiguas costumbres, rituales, etc. Antonio, nos dedicó al menos media hora de charla intensa, en la que tocamos muchos e interesantes temas; nos habló, entre otras cosas, de lo antigua que era ya Hispania a la llegada de los romanos y los griegos; En Tartessos se hablaba de leyes y costumbres que ya entonces tenían 7000 años de antigüedad (!). Nos habló sobre la sesgada visión de los invasores a su llegada a la península (llamaban a sus pobladores «Bárbaros»), sobre la navegabilidad del Ebro, que era puerta de entrada para el vino y otros productos en aquellos remotos tiempos. También nos contó que los vikingos se adentraron en sus aguas para saquear Pamplona en el siglo séptimo. Y nos hablo de las ruedas que colocaban a los Drakkar cuando la corriente o algún obstáculo se les ponía por delante.
Nos ilustró sobre Breno el Galo y su saqueo a Roma, las incursiones galas, que llegaron hasta Delfos, sobre las lenguas vernáculas de la península, que aun resistían tras dos siglos de romanización, sobre la escasez de la información que manejan los investigadores, casi toda basada en las narraciones de los romanos. También nos comentó que desde hace unos 25 años, toda esta información (excavaciones, textos antiguos) se está reinterpretando, catalogando y ampliando y que cada vez, por suerte para nosotros, sabemos más sobre estos pueblos pre-romanos. En fin, sería imposible resumir aquí la multitud de datos e historias que nos contó.
Por nuestra parte tenemos claro que investigaremos y nos pondremos manos a la obra, haciéndonos con sus libros y sumergiéndonos en estos interesantes temas. Algo más tarde, estuvimos conversando con Josep Carles Lainez, quien nos dedicó unos minutos y nos habló sobre los celtas y que tuvo a bien obsequiarnos con uno de sus últimos libros «El Paganismo Explicado a los Niños» (Circulo rojo, 2015), que justamente presentaba en el evento. Pudimos escuchar, más tarde, la conferencia de Gonzalo Rodriguez (muy conocido por sus rutas sobre el Toledo Mágico/Oculto) sobre «La metafísica de la muerte en combate», charla que además de resultar muy reveladora nos imbuyó a todos de una fuerza que nos vendría muy bien algo más tarde, cuando agarráramos espadas y escudos. En el día también se llevaron a cabo otras charlas, como la de Ángel Román Ramírez sobre «La Música en la Hispania Preromana» o la de Luis A. Payno sobre «Los Instrumentos Tradicionales Ibéricos»
Después de comer, tuvimos la suerte de contemplar como El Grupo celtíbero de Tudela preparaba sus talleres de elaboración de hondas. Allí, bajo la sombra de un árbol pudimos hablar largo y tendido con David Martón, y sus compañeros Eva y Kaber sobre las ropas que vestían, confeccionadas a la manera celtíbera por ellos mismos, el trenzado de hondas y su uso (un arma letal, en manos expertas como las suyas) y sobre el esfuerzo que se hace desde diversos colectivos para mantener toda esta tradición celtíbera viva en nuestro tiempo. Este grupo también se encargaría horas después, de enseñarnos las interesantes danzas llamadas «Paloteaos» que se realizaban con palos de madera y que estaban profundamente relacionadas con la tierra y la siembra y, posteriormente, se ocuparían con una de las actividades que más participación tuvo: la iniciación al combate celtíbero / romano. Con armas construidas por ellos mismos (y modificadas para no provocar bajas), muchos de los asistentes pudimos vivir la intensa experiencia del combate con escudos tradicionales celtíberos y la espada corta. Además pudimos usar una cota de malla, lanzas y jabalinas. A cierta hora de la tarde, era impagable ver como, por parejas, muchos de los asistentes combatían, diseminados por un prado asestándose golpes y levantando los escudos, en medio de un extraño griterío, bajo la luz del sol que ya empezaba a caer.
Disfrutamos también de la Muestra de Mascaradas «Mascaradas y Vaquillas». Un alucinante viaje a las más antiguas fiestas paganas de la sierra de Guadarrama y de Gredos por parte de la gente de «Los Machurreros» de Pedro Bernardo y «La vaquilla de Fresnedillas de la Oliva». Pudimos escuchar los cencerros (algunos de tamaño brutal) que se utilizaban para ahuyentar a los espíritus en las lindes de los pueblos, los restallidos de las hondas (estas otras, hechas de cuero o piel) y las danzas que se realizaban, siempre representados por personajes típicos y que llenaban de color, desde tiempos inmemoriales, las calles de los pueblos. A pesar de la brutal represión que tuvieron estas fiestas paganas, muchas de ellas han sobrevivido hasta nuestros días, fusionándose con el calendario cristiano, por la transmisión oral o gracias al empeño de diversos colectivos. Es increíble comprobar el esfuerzo y la dedicación de estas personas (en distintas partes de la península) por salvaguardar estos antiquísimos rituales y mantener nuestras tradiciones contra la globalización que sufrimos hoy en día. Muy interesante también fue el comprobar la multitud de rasgos comunes de las mascaradas, provengan de donde provengan. Máscaras horripilantes, realizadas con crines de caballo, huesos y cuernos de reses, pellizas de oveja, etc que se repiten en localizaciones muy alejadas unas de otras…
A pesar del empeño de los organizadores por el cumplimiento del horario establecido en el programa, las actuaciones de los grupos: Keltika Hispanna, Cuélebre, The Wyrm, Crystal Moors y Hiedra no pudieron celebrarse donde se había previsto (por razones ajenas a la organización, todo hay que decirlo), estas tuvieron que trasladarse a un hotel de la cercana localidad de Soto del Real. Este hecho, sumado a que, según el programa, Raiz Ibérica terminaba a las 3:00 horas, y que los campings estaban fuera de la finca del evento, provocó el desconcierto de algunos de los asistentes, quienes se vieron en problemas para desplazarse, primero a ver los conciertos, para luego volver a pernoctar. También hay que decir, que debido a este contratiempo, una de las actividades que más expectación creó antes de la celebración del evento; una ceremonia/ritual del Solsticio de Verano, no pudo celebrarse. Pese a todo esto, nosotros vivimos una jornada intensa y divertida, y en general, este primer Raíz Ibérica nos pareció un evento original y con sabor a clásico. Lo que nos quedó tras asistir a este encuentro, fue un profundo sentimiento de reconexión con nuestra historia más olvidada y un renacido interés por toda esta cultura y tradición que, iría cayendo en el olvido, si no fuera, por estas gentes que se dejan su tiempo y dinero en tratar de recuperarlas. A ver si esta interesante iniciativa perdura en el tiempo y el año que viene podemos asistir a la segunda edición.