Telekinetic Yeti » Abominable»

Telekinetic Yeti » Abominable»

Telekinetic Yeti es un proyecto que nace en Iowa, en 2017. Lo forman dos barbudos. Se llaman Alex Baumann y Anthony Dreyer. Uno toca la guitarra y canta y el otro toca la batería. Su sonido esta basado en el Rock aplastante y en el Doom/Stoner. También hay Doom, Sludge, y Psicodelia ahí. Sus riffs son muy pegadizos y algunas de sus canciones son instrumentales. La banda acaba de editar, en esta primera mitad de 2017, su primer disco: “Abominable”.

Hay muchas bandas practicando este estilo en la actualidad. Todos las conocemos. No es extraño encontrar este formato, dúo de guitarrista + batería.  Tenemos, por poner un par de ejemplos, a los inigualables Eagle Twin (imprescindibles) o a los mas modernos Mantar (también muy recomendables) atronando con su poderosa música desde hace ya tiempo.

Pero esto es diferente. Creedme. La música de TY suena pesada y al mismo tiempo majestuosa, psicodélica y muy dinámica. Golpea tu cerebro con fuerza y energía y te atrapa. Sin remisión. Las líneas vocales son una especie de híbrido entre Neil Fallon de Clutch, Rob Flynn de Machine Head y  Troy Sanders de Mastodon. El disco esta muy bien concebido. Escucharlo del tirón, con tiempo por delante y unas buenas cervezas, es toda una experiencia.

Resulta muy adictivo escuchar como Baumann y Dreyer evolucionan tema tras tema. Lo primero que nos llamo la atención al escucharles, es el tono (absolutamente monstruoso) que posee la guitarra de Baumann.

Su rig, (puede verse en algunas fotos promocionales), lo forman un par de amplificadores Orange y un Ampeg de bajo. Además, en ocasiones, toca una flipante Flying V de 7 cuerdas (cool).  En algunas pistas del álbum se escuchan líneas de bajo. No sabemos si es un pedal looper, un bajista o el mismísimo Satan. pero el resultado es demoledor.

“Abominable” se grabo en los estudios Flat Black, junto a Luke Tweedy. El álbum se gestó durante 14 días a full time. Por lo visto el estudio, es uno de esos establecimientos que permiten hacer vida mientras grabas. Ducha, camas, comedor, etc. Y los chicos aprovecharon el tiempo.

Por lo visto Baumann uso varios amplis y guitarras diferentes para darle un sonido propio a cada uno de los temas. Los riffs suenan apretadísimos y están tocados con un gusto y una maestría increíbles.

En cuanto al batería, deciros que el tipo es muy bueno. Golpea fuerte y sus ritmos tienen un groove cojonudo. Vais a sacudir la cabeza arriba y abajo como unos posesos desde la primera escucha. 

El comienzo de “ Abominable” es realmente brutal. Escuchas de seguido, por primera vez los tres primeros temas y boom: estas flipando. “Abominable” comienza con una de esas intros 70s (?) y de repente arranca, como un bulldozer. Te encuentras alucinando entre riffs crujientes, llenos de fuzz, baterías muy activas y con muchos breaks y fills cool. Las voces enganchan, pero Baumann deja mucho espacio para que la música haga su trabajo. El riff de “Electronaut” es una pasada. Rápidamente te das cuenta de que tienes algo con vocación de clásico en los auriculares. Black Sabbath, Sleep, Fu Manchu, Kadavar, Black Cobra… muchas bandas me vienen a la cabeza. Pero Nope. Telekinetic Yeti tienen su propia personalidad. Cogen ese sonido Sabbathero y hacen que parezca que es suyo. “Electronaut” es instrumental y además acojonante. Difícil de describir. Mejor experimentarlo.

Vuelven las voces con “Stoned and Feathered”, temazo elegido para dar a conocer a la banda y que tiene un video clip. Vuelven las voces y vuelve el genio. La producción muy acertada. Un tema muy inspirado. Algo progresivo, muy rockero y con espíritu Doom. Un riff muy muy festivo y una percusión excepcional.

“Colossus” baja las revoluciones y nos enseña que Telekinetic Yeti, navegan también por mares mas lisergicos. Prog a lo Mastodon en su inicio. Después muta en algo parecido al sludge pero con feel Rock/Doom. Muy buen tema.

Empieza entonces una parte del disco en la que entras sin darte cuenta y que tardará en dejarte marchar. A partir de aquí todo se confunde y “Lightbearer” hace su aparición. De nuevo aparecen las voces de Baumann. Los riffs suenan tan fuzzys y con potencia. La percusión vuelve a destacar. Remansos psicodélicos y notas arpegiadas. Entre la maraña eléctrica se aprecian líneas de bajo. Al final del tema entran unos ambientes que dan paso a la reptante “Apophis”, que despliega toda su malignidad durante unos escasos 2 minutos.

Tras ella el álbum concluye con «Beneath the Black Sun» y «Himalayan Hymn». El primero lleva una línea que alterna ambientes oníricos y partes más potentes. Continuando con el sonidazo que reina en los surcos, aparecen partes festivas/stoner y otras más doomeras y aplastantes. Tras otra sección de unión algo galáctica comienza el último tema. Misma línea. Grandes riffs, enormes desarrollos y explosiones ultra energéticas. Toda una experiencia. 

Vamos a ponerlo otra vez.