Virus – Nuevo Álbum – Memento Collider

Virus – Nuevo Álbum – Memento Collider

 

Virus acaban de sacar nuevo álbum (el cuarto ya) titulado “Memento Collider” a través del sello noruego Karisma Records. El disco resulta ser una amalgama de todos los registros de la banda. Esta vez el sonido oscuro y experimental del psicótico “The Black Flux” (2008) y el densísimo y alucinógeno “The Agent That Shapes the Desert” (2011) se entremezcla con los ritmos más animados de “Carheart” (2003) y del EP “Oblivion Clock” (2012), dando como resultado una música extraña y amorfa, difícil de escuchar, surrealista, onírica, y al mismo tiempo novedosa y muy adictiva que se implantará en vuestras mentes como un tumor… pero benigno.

Los acordes disonantes de Carl-Michael Eide, junto a sus típicas voces medio narradas, medio entonadas, sobrevuelan la impresionante verborrea de bajas frecuencias de Plenum y los ritmos marcianoides de Esso, pariendo uno de los artefactos más desconcertantes y sublimes de la década.

Así, en los casi 11 minutos de “Afield” viajamos a través de pasajes que rozan el rock/bailable (¿?), partes lentas y misteriosas y agujeros negrísimos, incluso escuchamos unos coros femeninos, recurso aun no utilizado por estos maníacos. Silencio. Respiramos profundamente para llegar al extraño “Rogue Fossil” que es más marchoso y oscuro todavía, avantgarde en esencia pero cool, si es que podemos usar este adjetivo con esta banda. En la parte central Carl Michael-Eide nos sorprende con unas entonaciones en una tesitura distinta a la habitual.

En “Dripping into Orbit” la construcción del ritmo es compleja y se nos pone a prueba desde el segundo uno, con unas guitarras informes y muy disonantes, escupiendo riffs salidos del vacío, pero inexplicablemente el tema termina funcionando. Cada instrumento avanza por un sendero de pesadilla, a distinta velocidad, con distinto lenguaje, todos guiados por el vocalista de sonrisa perturbadora, que recita extraños versos. Nos unimos a la expedición, explorando los caminos sónicos, experimentando alucinaciones y percibiendo las presencias que surgen del choque de las vibraciones. De nuevo los fantasmagóricos coros aparecen, brevemente, para completar una sensación cinemática y lisérgica. Un tema alucinante.

La infección va en aumento en “Steamer” y el ambiente febril generado por un Plenum, más activo que nunca, y un Esso, que avanza y retrocede, redobla y marca como un poseso, nos golpea y nos transporta a desconocidos mundos. Samples sci-fi aparecen en el estribillo, confundiéndonos aun más y dejándonos perdidos en medio de una estructura de lo más excéntrico. El tema se desinfla hasta morir y dar paso a “Gravity Seeker”, quizá el más emparentado con las vibraciones de “Carheart”, a medio camino entre el surf más torturado y el rock más experimental. Aparecen sintetizadores, allá al fondo, que ejercen de cemento, uniendo piezas que, parece que van a descomponerse y perderse, en una cacofonía sin sentido, en cualquier momento. Extrañas y breves percusiones, un solo de guitarra excepcional y los coros finiquitan la pieza. Wow.

El corte final, “Phantom Oil Slick”, es prog, es rancio y es mate; parece estar tocado por espectros masoquistas, que amenizan una fiesta de fin de semana de saltamontes gigantes mutantes. La banda nos sumerge en un crescendo enfermizo y continuo. Después de semejante muestra de poder teletransportador, ignoramos dónde vamos a terminar y nuestros ojos giran desbocados en sus cuencas, buscando alguna cuchilla oxidada a la que agarrarse. El tema parece que para, para volver a arrancar infringiéndonos heridas serias y profundas y desconcentrándonos hasta límites insospechados. En una de las pausas, los samples alienígenas nos aterrorizan y nos mantienen despiertos y atentos… como si pudiéramos relajarnos en medio de semejante colisión galáctica. La caravana reanuda su marcha y nos cruzamos con unas percusiones nerviosas, que se encaraman en lo alto de esta oruga musical, hasta que al fin el silencio se hace dueño de nuestro maltratado cerebro.

Una experiencia, como siempre, perturbadora y malsana.

Queremos repetir.