Wounded Giant es un trío de Seattle, formado en 2011. El pasado 1 de abril, lanzaron “Vae Victis” y tras unas cuantas escuchas nos gustan sus extrañas canciones y su personal sonido.
Su música esta basada en esa corriente del Doom que entronca con el grasiento Sludge y el Punk mas pesado. También tiene un fuerte componente psicodélico. Los surcos están llenos de barro y hacen que tus altavoces crujan mientras trabajan a toda máquina. Bien producidos por Billy Anderson ( Neurosis, Swans, Brutal Truth, Cattle Decapitation, etc) Wounded Giant rockean de la hostia y poseen un sonido brutal y crudo. A pesar de estas definiciones, el sonido final no lo catalogaría como extremo. Es un disco rasposo pero que entra muy bien. Las canciones son pegadizas.
¡Buenos tiempos para la música! No paramos de descubrir bandas interesantes. Ahora que a nadie le importa una mierda el famoseo, la industria, la venta de CDS, etc, podemos navegar por inmensos catálogos plagados de bandas. Grupos ofreciendo música verdadera y que sale de las entrañas de sus creadores.
Las voces, de fuerte componente punk, entonan raras melodías. Aunque se quedan pegadas a tu cerebro. El vocalista/guitarrista Bobby James, entona y berrea como un poseso. Escupiendo letras corrosivas. Cuando canta, ofrece un registro personal y te atrapa con sus fraseos y letras. Los textos molan. En cuanto a las guitarras suenan poderosas, potentes y pesadas.
El bateria Alex Bytnar machaca su set como si le fuera la vida en ello y conexiona todo el asunto, evitando que se escapen flecos fuzzeados. El cemento armado lo pone el bajista. Se llama Dylan A. Rogers y cubre todos los huecos con un asqueroso tono, que borbotea junto a los bombos y aporta un low end de calidad a las guitarras.
La primera parte del disco es solida como una roca. Wounded Giant pueden recordarte a unos High on Fire, más rarunos y algo menos intensos. Tienen ese componente grunge punk que tanto nos gusta, (al principio de la aventura, Tad Doyle estaba metido en el ajo). La producción es lo suficientemente potente y limpia como para engancharte a la primera escucha.
Hay temas que son brillantes, como «Vae Victis» y «Dysthiest». Poderosos y muy originales. En algunos momentos hay partes que nos recuerdan al mítico «Temple of The Morning Star» de los grandes Today is the Day. Tanto en los dejes vocales como en la intensidad contenida. Se saborea el veneno. También hay reminiscencias metaleras. Alternadas con ramalazos stoner y texturas vocales increíbles. En alguna parte nos recuerdan a unos Mudhoney cabreados.
A partir de “Immanmetize The Eschaton”, un largo tema instrumental repleto de samples y conducido por un organo, el disco se vuelve mas psicodelico y baja la intensidad.
«Scum of The Earth», «The Room of The Torch» y «Green Scar» viajan hacia territorios mas doomeros. El trabajo vocal de James insufla aire fresco. Justo cuando los riffs lo requieren. Como por ejemplo ese mantra que se repite: “Nothing is true, everything is real, Nothing is Real, everything is true,”… etc
Hacia el final del álbum: Riffs deudores de Black Sabbath y del stoner mas groovy. Aunque nos da la impresión de que las guitarras están menos trabajadas aqui, los temas acaban por entrar.
En resumen, un disco entretenido y con momentos memorables. Muy recomendable.